La cirugía protésica en ortopedia consiste en la sustitución total o parcial de una articulación dañada por una prótesis (o implante) fabricada con materiales biocompatibles. Esta intervención se lleva a cabo cuando el deterioro articular, causado por enfermedades degenerativas (como artrosis o artritis reumatoide) o lesiones severas, provoca dolor e incapacidad para realizar actividades cotidianas.
Objetivo principal de la cirugía protésica
Aliviar el dolor crónico que no responde a tratamientos conservadores (medicamentos, fisioterapia, infiltraciones).
Recuperar o mejorar la movilidad de la articulación afectada.
Mejorar la calidad de vida del paciente, permitiéndole reincorporarse a sus labores diarias y actividades recreativas.
Cadera (Artroplastia total de cadera)
Se indica en casos de artrosis de cadera, fracturas del cuello femoral o necrosis avascular de la cabeza femoral.
La prótesis reemplaza parcial o totalmente la articulación, reduciendo el dolor y mejorando la estabilidad.
Rodilla (Artroplastia de rodilla)
Común en pacientes con osteoartritis avanzada, lesiones meniscales crónicas o deformidades articulares (como genu varo/valgo).
Al sustituir la superficie articular deteriorada por un implante, se elimina la fricción que genera dolor y se restablece la alineación adecuada.
Hombro (Artroplastia de hombro)
Indicada para artritis, lesiones masivas del manguito rotador o fracturas complejas de hombro.
Puede ser una prótesis anatómica o invertida, según la estabilidad y el estado de los tendones.
Evaluación clínica y estudios de imagen
El especialista en ortopedia revisa el historial médico, realiza una exploración física y solicita radiografías o resonancias magnéticas para confirmar la gravedad del deterioro articular.
Selección del implante
Tomando en cuenta factores como la edad, el peso, el grado de movilidad y el estilo de vida del paciente, se elige el tipo de prótesis más adecuado (cementada, no cementada o híbrida).
Plan quirúrgico
Se programa la cirugía bajo anestesia (regional o general) y se establecen las técnicas de abordaje para la articulación.
Puede implicar cortar áreas de hueso dañado y preparar la zona para el implante.
Colocación de la prótesis
El cirujano ortopedista instala las piezas protésicas en la articulación. Luego verifica la alineación, estabilidad y función de la prótesis.
Se cierra la incisión y se colocan drenajes o vendajes para proteger la zona operada.
Hospitalización y cuidados inmediatos
El paciente permanece en observación uno o varios días, según el procedimiento y su evolución.
Se inician ejercicios suaves y fisioterapia temprana para prevenir rigidez y complicaciones posquirúrgicas.
Dependerá de la articulación y la complejidad de la cirugía. Por lo general, el período oscila entre 3 y 6 meses, aunque ciertas actividades pueden reanudarse en pocas semanas con supervisión médica.
Sí. Muchas prótesis actuales pueden durar entre 15 y 20 años, e incluso más, según la calidad del implante y los cuidados del paciente.
El “rechazo” como tal es raro, ya que los materiales son biocompatibles. Sin embargo, puede presentarse un proceso de aflojamiento o reacción adversa, que requiere intervención médica.
Cuando el dolor es constante, la movilidad está gravemente limitada y los tratamientos conservadores no han sido efectivos. Una evaluación ortopédica detallada es clave para determinar el tiempo óptimo.
Después de la rehabilitación, muchos pacientes pueden realizar ejercicios de bajo impacto, como natación, ciclismo o yoga. Sin embargo, deportes de alto impacto (correr largas distancias, básquetbol) podrían no ser recomendables para preservar la prótesis.