El dolor de cadera es una molestia que puede afectar la movilidad y la calidad de vida de muchas personas. Aunque solemos asociarlo con personas mayores, también puede aparecer en adultos jóvenes y deportistas. Si sientes dolor en la cadera al caminar, al estar mucho tiempo sentado o incluso al dormir, es importante entender qué lo está causando y cómo puedes tratarlo a tiempo.
Las causas pueden ser muy variadas, y van desde problemas musculares hasta desgaste en la articulación. Entre las más comunes están:
Artritis: Tanto la osteoartritis (desgaste del cartílago) como la artritis reumatoide pueden generar dolor, rigidez y dificultad para mover la cadera.
Bursitis: Es la inflamación de las bursas, unas pequeñas bolsas con líquido que amortiguan la fricción entre los huesos y los tejidos.
Tendinitis: Inflamación de los tendones alrededor de la cadera, muy común en personas activas o que hacen movimientos repetitivos.
Desgaste articular: Con el paso del tiempo, el cartílago de la cadera puede deteriorarse, lo que provoca fricción entre los huesos.
Lesiones o caídas: Un golpe fuerte o una caída pueden causar fracturas o esguinces, sobre todo en personas mayores.
Pinzamiento femoroacetabular: Es una condición en la que los huesos de la cadera no encajan correctamente, causando dolor con ciertos movimientos.
El dolor no siempre se localiza exactamente en la cadera. A veces se siente en la ingle, el muslo o incluso en la parte baja de la espalda. Los síntomas pueden incluir:
Dolor agudo o punzante al caminar o subir escaleras
Rigidez al levantarse después de estar sentado mucho tiempo
Chasquidos o sensación de “roce” al mover la pierna
Dificultad para mover la cadera en ciertas posiciones
Dolor nocturno que interrumpe el sueño
Muchas veces se piensa que el dolor de cadera es “normal” por la edad o por el esfuerzo físico, pero no debe ignorarse. Es importante acudir con un especialista si:
El dolor persiste por más de una semana
Te impide realizar tus actividades cotidianas
No puedes mover bien la pierna o hay rigidez intensa
Hay inflamación o sensación de calor en la zona
Sufriste una caída o golpe reciente
Un especialista en ortopedia o traumatología puede evaluar tu caso, pedir estudios como radiografías o resonancias, y recomendarte el tratamiento adecuado. Esto puede ir desde fisioterapia y medicamentos, hasta infiltraciones o cirugía si fuera necesario.
No esperes a que el dolor limite tu vida. Atenderlo a tiempo puede hacer la diferencia.